
El misterio de la voluntad de Dios El pecado ha cegado a los hombres y mujeres, así que la persona que no ha sido salvada ve la vida de acuerdo con una perspectiva falsa. Pero los cristianos que han nacido de nuevo ven la vida no como una masa indefinida, confusa y sin sentido, sino como algo planeado y con propósito. Sus ojos han sido abiertos a la verdad espiritual. En su sermón inaugural en Nazaret, Cristo dijo que una de las razones por las que había venido a la tierra era “proclamar […] la recuperación de la vista a los ciegos” (Lucas 4:18, LBLA). El evangelio de Cristo nos ayuda a ver nuestra necesidad y nuestra impotencia, y luego nos muestra la gracia redentora que Dios ha puesto al alcance de todo hombre y mujer. En la Biblia somos llamados “hijos de la luz y del día” (1 Tesalonicenses 5:5), porque Dios quiso compartir sus misterios y secretos con nosotros. Ya no estamos en tinieblas y sabemos de dónde vinimos, sabemos por qué estamos aquí y sabemos adónde vamos. En Efes...