Evaluando mi vida cristiana en tiempos de pandemia: Estudio de Bartimeo
Santiago 1:22-24
Sed hacedores de la palabra y no solamente
oidores que se engañan a sí mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra, y
no hacedor, es semejante a un hombre que mira su rostro natural en un espejo;
pues después de mirarse a sí mismo e irse, inmediatamente se olvida de qué
clase de persona es.
De este pasaje es hacer énfasis en que es
necesario volver al espejo constantemente pero analizar quienes somos, pero dar
el paso a otro nivel que implica no solo evaluar si no corregir. (No hacemos
nada con ir a una cita médica y que nos den un diagnóstico, si no nos dan un
tratamiento médico para atender el diagnóstico)
Introducción:
Como cualquier actividad cotidiana, ya sea
laboral, deportiva, social u otros, es necesario en determinado momento hacer
un alto y evaluar la gestión o la actividad; así también debería de ser una
práctica cotidiana y constante que los cristianos evaluemos como está nuestra
relación con Dios, analicemos cuales ha sido nuestras fortalezas o nuestras
debilidades. Especialmente en tiempos de pandemia, donde esta condición ha
venido a limitar las actividades inherentes al Cristianismo. Pero no debemos de
quedarnos en un simple análisis y “Jugármela”
con un remordimiento de conciencia, si
no avanzar en las fortalezas y ponerle atención a las debilidades.
Cuando no somos conscientes de lo que pasa
a mi alrededor de mi vida Cristiana y dejo todo al azar, puedo caer en el
conformismo. Y este mismo se encargará de autodestruir nuestra relación con
Dios.
Veamos al siguiente video, para reforzar
estas ideas:
El vídeo nos muestra dos personajes (los
ratoncitos) que constantemente evaluaban lo que pasaba a su alrededor y eso les
permitió poder anticiparse a las circunstancias. Mientras que los otros dos (las personitas)
estaban conformes con la situación que vivían, y no anticiparon lo que podía
pasar. Cuando descubren que no hay queso en la estación: uno de ellos ( Hom) se
da cuenta de lo que pasa, pero no se queda ahí, si no que busca respuestas. El
otro personaje (Hem), estaba molesto porque había llegado a un conformismo tal,
que al cambiar las circunstancias no supo que hacer y cómo reaccionar.
Esta condición actual, producto de la
pandemia, nos puede llevar a confrontarnos con una situación similar. Las cosas
han cambiado, y quizás a muchos nos tomó desprevenidos y tal vez no hemos
sabido cómo reaccionar, y quizá la reacción más fácil es caer en el
conformismo. Eso nos trae consecuencias. Y es tiempo de evaluar cómo se
encuentra mi vida personal con Dios y en función del resultado tomar las
acciones necesarias.
Romanos 12:2
No os conforméis a este siglo, sino
transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que
comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Analicemos la vida de Bartimeo el Ciego
para poder comprender en cual estado estamos en medio de la crisis: Marcos
10:46-52
¿Quién era Bartimeo y cuál era su
condición?
46 Entonces vinieron a Jericó; y al
salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo
de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando.
Por supuesto era ciego, y en sus tiempos
tener una discapacidad era símbolo de pecado y vergüenza. Era una persona que
estaba discriminada a la orilla del camino sin posibilidades.
Pero este relato no hace la mención de un
ciego y nada más. Si no que es identificado por su genealogía. Esto puede hacer
notar la importancia que representaba para Dios a pesar de su condición. Y que
más adelante veremos. En palabras sencillas, el hecho de que se identifique de
esta manera a alguien que según la cultura de entonces era una vergüenza, puede
estarnos indicando que ese alguien no era cualquier persona, sino que Dios
mediante este relato nos puede empezar a dar indicios de que Bartimeo tenía algo
especial a pesar de su situación particular.
Las circunstancias no habían cambiado su fe:
47 Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó
a dar voces y a decir: !!Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!
48 Y muchos le reprendían para que
callase, pero él clamaba mucho más: !!Hijo de David, ten misericordia de mí!
Estaba en un lugar de paso de mucha gente,
que cruzaba de norte a sur. Pero su oído estuvo atento de lo que había
escuchado hablar a los demás de Jesús, conocía de las escrituras y su alma
estaba lista para saber que su respuesta a aquella condición no podría venir de
otra parte, más que de Jesús. Y pudo
optar por quedarse ahí y recibir una limosna más, pero sus limitantes (físicas y sociales) no le impidieron gritar
para obtener lo que necesitaba. La
expresión Jesús “Hijo de David”, nos revela que él sabía claramente quien era
Jesús según las Escrituras, que a pesar de su condición tenía claro en su
corazón en que había creído y que seguía la vida de Jesús con todas y sus
limitaciones. La crisis de años bajo esa condición no había cambiado su fe.
48 Y muchos le reprendían para que
callase, pero él clamaba mucho más: !!Hijo de David, ten misericordia de mí!
Estamos confinados producto del covid-19, y
tal vez las voces que escuchamos no son ni las voces de los que nos rodean, si
no de nosotros mismos. Que sabemos lo que debemos de hacer y que es necesario
un cambio, que debemos avanzar en nuestra vida cristiana, pero escuchamos que
nos dice “estas bien asi” “para que vas a ir a la iglesia” “tu vecino no va,
para que vas a ir” “no te pueden obligar, tenés la excusa perfecta” “no ores no
ayunes, así estas bien”. Y también las voces de personas con las que convivimos
que se oponen a que busquemos su rostro, pero es necesario levantarse ante la oposición para alcanzar lo que
necesitamos.
Dejó todo lo que para él representaba
arraigo en esta Tierra para obtener lo que deseaba.
50 El entonces, arrojando su capa, se
levantó y vino a Jesús.
La capa para un ciego es lo que usan para
sentarse en la calle, es lo que usan para dormir, es lo que usan para casi
todo. Para protegerse del sol; para protegerse del frio; para
protegerse de los animales; de las moscas, mosquitos, y de más
insectos. En otras palabras, para una persona mendiga y mucho más ciego,
la capa es su todo.
El arrojar su capa es una
acción muy simbólica. Significa fe completa en Jesús, se despoja de lo
que hasta ahora ha creído que era su apoyo y protección, y pone a Jesús como el
centro de su vida.
Es necesario evaluar que es para nosotros
lo más importante en nuestra vida. Será mi cónyuge, mis pertenencias, MIEDOS E
INSEGURIDADES PRODUCTO DEL COVID-19, que es aquello a lo que vivo arraigado y
que no nos permiten avanzar.
Ya había evaluado su condición y sabía qué
hacer.
Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres
que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista.
La pregunta parece muy obvia. Pero el Maestro también quería saber su
propósito y metas. Porque perfectamente
Bartimeo pudo haber estado conforme con su condición. Jesús hace que el ciego evalué
su condición y tome una decisión. Hace que
se cuestione y diga qué es lo que realmente quiere, porque qué tal si Jesús lo
cura y el ciego ya sano puede decir “para que me curaste, yo estaba muy a
gusto, sentado todo el día pidiendo limosna, no tenía que trabajar, todos me
socorrían; ahora voy a tener que buscar trabajo, la vida me ha pasado por
encima, no se un oficio, de que voy a vivir, hasta mi familia me ha despreciado.
Pero lo que menos tenía en su corazón era conformismo.
Jesús es caballero con Bartimeo y lo es con
nosotros. Sabía su necesidad pero quiso preguntarle y obtener de él la
respuesta que salía de su corazón. Porque esa respuesta reunía las verdaderas
intenciones. “Aplicando una expresión popular: No hay peor ciego que el que no
quiere ver”, Dios necesita ver en nosotros una vida intencionada, una vida con
propósito, él sabe de qué tenemos necesidad, el no necesita de nuestra
evaluación para saber en qué necesitamos mejorar, que son también aquellas
cosas muy buenas que hacemos para agradarle. Pero si necesita de nosotros la
intención, de cristiano que tengan voluntad de querer hacer las cosas bien, que
planifique su vida, que no deje cosas al azar.
Marcos 10:49 dice
Entonces Jesús, deteniéndose, mandó
llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama.
Nosotros hoy te decimos lo mismo, ten
confianza Él te llama, Jesús hoy está pasando por aquí, evalúa tu vida y junto
con nosotros tiremos la capa y entreguémosle al Señor aquello que necesitamos
cambiar, no solo evaluemos tomemos acciones, decisiones para cambiar y ser cada
día más obreros aprobados. Digámosle al Señor no más una vida cristiana al
azar, voy proponerme metas y permítame
constantemente que cuando me vea en el espejo sea para transformar y cambiar
aquello que no te agrada.
Ver el tema en vídeo:
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